miércoles, 11 de abril de 2012

“Aisha Kandisha”


En Europa, a los niños les asustaban con el coco, el hombre del saco o con el diablo al que representaban o se lo imaginaban como un demonio con rabo, tridente y echando fuego por la boca. En nuestras regiones norteafricanas no era imaginación, pues tanto los niños como gran parte de los adultos, sentían, veían u oían seres del más allá o del más acá, que alternaban una constitución etérea con una carnal según las circunstancias. 
El personaje que más temor nos causaba era “Aisha Kandisha”, un ser de ultratumba, y a la que raro era el niño que no la había apercibido con aspecto de una mujer, muy entrada en años, pelo raído, largo y sucio; facciones arrugadas, pronunciada joroba, mirada cruel y relampagueante y boca abierta y desdentada.
 “Aisha Kandisha” es la metamorfosis de un mito tradicional   judeo-bereber del sur marroquí, en el que Lilit, la antecesora de Eva, la habían transformado en el norte en “Aisha Kandisha”. Se cuenta que Eva no fue la primera esposa de Adán, sino que antes existió Lilith. Esta quiso ser igual que el hombre ya que le indignaba la prepoténcia de     Adán y sus exigencias a la fuerza y por eso le abandonó, por lo que el Creador convirtió a Lilith en una diablesa mata niños.

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